miércoles, 20 de octubre de 2010

Irrealidades


A veces, llegamos a pensar que la esencia de nuestros sentimientos alberga en cada uno de esos objetos que nos han llenado de satisfacción en algún momento emocionante de nuestra vida. Hablamos de un cierto magnetismo, una fuerza superior parecida a un sentimiento, que nos hace retroceder al momento de su llegada a nuestras vidas. El óxido de un anillo que mantiene presente el paso de los años, una muestra de perfume con olor añejo y un ligero recuerdo que nos hace sentir más viejos, o más jóvenes, según se mire. Hay personas que suelen tomar la vida como camino abierto al pasado; a veces visitan sus más queridas experiencias, y otras deciden simplemente observarlo a través de una mirada de indiferencia, al menos, es lo que dicen. Pero no termina de ser convincente, pues todos sabemos que las personas parten de su pasado para afrontar el futuro.




1 comentario:

  1. Nunca debemos olvidar de dónde venimos, como dijo Simone de Beauvoir, un adulto es un niño inflado por la edad.

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