lunes, 29 de noviembre de 2010

Nostálgico pasado

Aquel era un día lluvioso, terriblemente inspirador, en los que, hasta las sensaciones más profundas se mostraban fáciles de interpretar. Se encontraba en mitad de un fascinante yacimiento arqueológico romano, recién desenterrado y con muchas cosas aún por desvelar. Los arqueólogos habían hecho su habitual descanso para almorzar, y él se había quedado observando el descubrimiento relativamente solo, salvo por los espectros de aquellas ruinas, que le rodeaban, y le hacían ver que toda esencia queda atrapada en la época y el lugar que le corresponde.
Por un momento, le pareció mezclar el sonido de las gotas de lluvia topando con la piedra de aquellas columnas desgastadas, con un extraño eco proveniente de aquella piedra. Parecía tratarse de una melodía alegre, como tocada por instrumentos de la época, unida a voces fantasmas no del todo claras, aunque pensó que podían pertenecer a los mismísimos habitantes de aquella aldea romana del siglo II a.C. Se sentía trasladado a una época completamente ajena a la suya, pues además de haber creído escuchar semejantes ecos, le pareció sentir un dulce aroma de incienso tradicional acariciando parte de su nariz. Entonces comprendió, que aunque no veamos el pasado, de una forma u otra, sigue presente en cada uno de los rincones en los que dejó de existir.